Cártama, provincia de Málaga. 12 de enero de 2021. Dos mujeres, un coche y una bestia asesina.
“Ácido. Ese líquido y humedad que sentimos encima, querida amiga, quema: es ácido, y está cayendo de repente sobre nuestros cuerpos para intentar destrozarnos la vida. Imparable, inevitable, insalvable: de repente, sin saber cómo ni porqué, en un abrir y cerrar de ojos, nos está cayendo toda la barbarie y toda la sinrazón patriarcal encima. Como un tsunami, como una avalancha, como una bomba teledirigida.
Es un intento de asesinato. Porque es un intento de asesinar nuestra integridad, nuestra salud, nuestras facciones, nuestras expresiones, nuestra libertad, nuestras señas de identidad, nuestros sueños, nuestra seguridad, nuestra capacidad de decidir, nuestra belleza, nuestra juventud y nuestras vidas.
Porque él lo ha decidido; porque él quiere, porque él puede, porque él es el machote que nos impone las reglas, la violencia y la desigualdad asesina.
No hubo momento ni espacio para la huída. Nos pilló en un callejón sin salida.
La huída sólo fue posible para el dueño de la situación y culpable de nuestras heridas. A nosotras sólo nos queda por delante una larga carrera para poder recomponer nuestros cuerpos, nuestros rostros, nuestras almas y nuestra autoestima.”
El día en el que estas dos mujeres fueron rociadas con ácido, a todas nos cayó inevitablemente el líquido corrosivo del patriarcado encima.
Sólo puedo deciros que no estáis solas. Estáis en nuestras mentes, en nuestra sed de igualdad y en nuestra necesidad de justicia social. Estáis en nuestros corazones, hermanas y amigas. Porque las secuelas de esta barbaridad serán tremendas aunque nos tengáis al lado…
Maldita violencia machista.
Rosario Luque Torrejón.
Miembro de la Coordinadora Ejecutiva Autonómica