Nuestra Coordinadora General, Esperanza Gómez, ha denunciado la tomadura de pelo para la población andaluza que supone estar pendientes de la tarificación horaria de la electricidad siendo la tierra con más recursos naturales para disfrutar de un sistema energético que produzca energía barata, al servicio del bien común y creador de riqueza y empleo de forma endógena.
Nuestra máxima responsable recuerda que “Andalucía ya tiene una ley propia, la 2/2007 de 27 de marzo, que permite fomentar las energías renovables de forma endógena y aumentar el ahorro y eficiencia energéticas” pero que “se encuentra absolutamente infrautilizada por la falta de decisión política e inversiones adecuadas por parte de los sucesivos gobiernos de la Junta, siendo urgente que se apueste por una Andalucía verde que camine hacia la autosuficiencia y democratización energéticas”.
Esperanza Gómez ha anunciado que su grupo propondrá una actualización de dicha Ley para “adaptarla y aprovechar mejor las enormes posibilidades que brindan las normativas europeas en cuanto a la transición verde, al acceso universal y barato a la energía, al autoconsumo de instituciones, comunidades energéticas o familias y para desarrollar un sector de ‘economía verde’ netamente andaluz que genere riqueza y empleo”.
“Son necesarias inversiones adecuadas en instalaciones de autoconsumo en edificios y centros públicos; abrir líneas de financiación y colaboración con empresas andaluzas que apuesten por la innovación y el desarrollo tecnológico del sector; fomentar las comunidades energéticas entre familias; el autoconsumo en PYMES con subvenciones; simplificar trámites y que sean las administraciones locales, provinciales y autonómica, las que impulsen y acompañen ese proceso”, destaca Esperanza Gómez.
Como muestra, Esperanza Gómez fija su mirada en los “magníficos resultados obtenidos por las políticas verdes de zonas como Friburgo, que con la mitad de horas de sol de las que disfruta Andalucía, y el mismo entramado normativo comunitario, ha conseguido en apenas 30 años reducir prácticamente a la mitad sus emisiones de CO2, abaratando a la vez el coste de la electricidad para su población”.