Nuestra presidenta y portavoz adjunta del grupo parlamentario Por Andalucía, Esperanza Gómez, ha anunciado en rueda de prensa la intención de su partido de “poner en el centro del debate político andaluz aquellos problemas psicológicos que sufren los andaluces y andaluzas y que lastran las perspectivas vitales y de bienestar de decenas de miles de familias”.
La también coportavoz federal de Más País considera que es “esencial que en el marco del debate público andaluz, de las políticas sanitarias, sociales y educativas, y hasta de las laborales, se analicen y acuerden medidas urgentes que palien los dramáticos efectos de las enfermedades mentales en nuestra sociedad”.
Recuerda Gómez que según la OMS “los problemas de salud serán la primera causa de discapacidad en el mundo en el año 2030” y que 1 de cada 4 personas “sufrirá algún tipo de patología mental a lo largo de su vida”, alcanzando el suicidio “cifras récord en estos años, con 11 personas quitándose la vida cada día en nuestro país y cerca de 1.000 en Andalucía durante el pasado año”.
En palabras de la parlamentaria andaluza se trata de que “las administraciones andaluzas asuman su rol de liderazgo, empezando por el Parlamento, y aborden de frente y sin complejos una situación que sufrimos muchas andaluzas y andaluces sin tener recursos públicos suficientes para combatirlos con garantías de éxito”.
Insiste Esperanza Gómez en que “ante un problema urgente” no se pueden escatimar “ni recursos ni ideas ni iniciativas desde lo público” porque “si las administraciones actúan se salvan vidas y se democratiza el derecho al cuidado y la salud mentales”.
Refuerza su argumento con la idea de que “los problemas mentales tienen un causante principal en el modelo actual de sociedad, deshumanizado y psicológicamente agresivo” en la que un adecuado tratamiento psicológico es cada vez más necesario, y eso “casa mal con la situación de precariedad, desigualdad y ausencia de recursos económicos de cientos de miles de familias andaluzas”.
Concluye Gómez avisando de que “las administraciones no pueden dar la espalda a esta realidad” porque “la diferencia entre salud y enfermedad, sufrimiento o bienestar, o entre vida y muerte, no puede depender de tener o no 70 euros a la semana para ir al psicólogo”, advirtiendo de la proliferación del “remedio barato”, que son los psicofármacos, en todas las capas de la sociedad.